¿Cómo afecta el consumo de alcohol a la función renal?

No somos conscientes de cómo ciertos hábitos y costumbres afectan a nuestro organismo, tendemos a trivializar y restar importancia, minimizando los riesgos porque nos quedamos en las consecuencias a corto plazo, y la resaca…se pasa. Al día siguiente vuelvo a mi estado normal y no tengo cambios visibles en mi cuerpo, visibles.

Y es cierto, no pasa nada por una copa, ni por una hamburguesa, no pasa nada si te fumas un cigarro o si esta noche te pillas una buena borrachera. No pasa nada, cuando es una, cuando es algo esporádico, como todo y como siempre no es la acción en sí, si no el uso que hacemos de esa acción.

Ahí también nos autoengañamos un poco (a veces bastante), porque nos decimos a nosotros mismos que son cosas que no hacemos de forma habitual, que yo me tomo una copa muy de vez en cuando, soy fumador social y lo del burguer lo dejamos para algún fin de semana que otro. Pero tal vez lo hagamos más a menudo de lo que creemos, simplemente te propongo que tomes conciencia en cuanto a tus propios hábitos, porque son eso hábitos, y como tal los realizamos de forma automática y por costumbre sin prestar mucha atención.

Se acerca la semana santa, fecha clave en el calendario conquense, donde la fiesta seglar va acompañada de multitud de eventos sociales. Cuenca se vuelve nazarena y con el capuz y la túnica no falla el resoli, las comidas de hermandad, el carajillo para entrar en calor a deshora después de una larga procesión. Durante esta intensa semana el consumo de alcohol se dispara en nuestra ciudad (que ya de por sí es bastante elevado).

Obligado hablar de la Procesión Camino del Calvario (turbas) donde cientos de personas hacen su propia procesión con la excusa de hacer botellón en Cuenca, así, literal, vienen desde cualquier punto de nuestro país a hacer botellón en nuestra ciudad, porque lamentablemente es un reclamo turístico y no solo por tener una Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional, si no por esa coletilla de «la procesión de los borrachos» que convierte cada noche de jueves santo nuestro enclave en el mapa como punto de encuentro para el uso excesivo y abusivo del alcohol.

Y qué le pasa a nuestro cuerpo cuando nos liamos la manta a la cabeza y nos bebemos hasta el agua de los floreros. Nadie mejor que una nefróloga para explicarnos que efectos tiene esa conducta y cómo nuestro cuerpo modifica su funcionamiento para poder asumir esa ingesta.

Nuestros riñones funcionan como un colador: filtran la sangre para eliminar las impurezas (toxinas) así como el exceso de agua. Esos desechos van a la vejiga para eliminarse con la orina, pero no todo el agua que pasa por los riñones se envía a la vejiga, sólo la que «sobra». Eso quiere decir que el resto de líquido se reabsorbe en los propios riñones y vuelve a nuestro cuerpo. De esa manera nuestro organismo evita la deshidratación.

La encargada de vigilar que los riñones hagan bien su trabajo y que no elimine más agua de la necesaria es una hormona, la hormona antidiurética o vasopresina. 

¿Qué pasa cuando ingerimos alcohol?

Ante la presencia de alcohol la hormona antidiurética se olvida que está trabajando y deja de funcionar. Y los riñones, sin nadie que los vigile, también se relajan y se unen a la fiesta, descuidan su trabajo, y ahí empieza el problema.

En lugar de eliminar sólo un poco de agua, envían toda la que pueden a la vejiga, por lo tanto se llena más rápido de lo normal y tienes que orinar más. Es una gran paradoja, tu estás bebiendo abundantes líquidos, pero como tienen alcohol, lo que estás consiguiendo es deshidratarte.

Cuando la situación se nos va un poco de las manos, los riñones se dan cuenta de su descuido y tratan de recuperar agua de cualquier parte del cuerpo para compensar el grave problema, y la obtienen, por ejemplo, de las capas protectoras del cerebro (meninges) ¿te duele la cabeza cuando tienes resaca? ahora ya sabes porqué.

La deshidratación masiva también consigue que buena parte de las sales y potasio que necesitas para funcionar bien, se eliminan con la orina. Pero…no queda aquí la historia.

Tu estómago, tu higado, tu intestino delgado, tu corazón y tu sistema nervioso también sufren consecuencias importantes.  El hígado es el gran perdedor, pero no somos conscientes de que cuando el hígado funciona mal los riñones tienen que trabajar el doble. Y eso deja secuelas.

¿Todo esto hace daño?….evidentemente SI, de hecho el exceso de alcohol es una de las causas de la insuficiencia renal.

Y ahora que eres consciente de que le ocurre a tu cuerpo cuando lo sometes a una gan ingesta de alcohol, decide libremente si te tomas un resoli para entrar en calor, o si te bebes la bodega entera.

Es tu salud. Tu decides cómo tratarla

 

 

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